Ana María Ibañez

pintora

Ana María, nos presenta en colores vividos la transmutación de energías de la madre tierra, riquezas que esta nos otorga,  naturaleza y unidad. 

Sus obras en acrílico sobre lienzo, “Semillas del Viento” y “Semillas Ancestrales”, además de texturizadas con espátulas verticales y horizontales son su gesto particular, que nos evoca la remoción de tierra para sembrar, el suelo fértil y verde; los colores de un valle contrastado con el cielo, la versatilidad del campo y la mano de obra pura y oriunda.

 

Todas sus obras están pintadas con estilo único y original, inspiradas en los pasajes de lo que ve y siente, lo que ha permanecido en su memoria, y  el concepto de narrativa visual sobre el colapso ambiental llega a poner en duda, ¿Hasta qué punto es capaz el humano de destruir semejante belleza natural? En “La Madre” nos invita a reflexionar sobre esta crisis productiva, en el que todos somos testigos, de este penoso acontecimiento, donde la escasez de suelo fértil, la sobre exigencia de productos para consumo vital, el agua, los bosques, el mar, nos tiene preguntando ¿Hasta cuándo la biodiversidad, puede aguantar?

Sobre “Toroide de Unidad”, vemos la fuerza del conjunto, tomados de las manos, caracterizados con distintos trajes, vestimentas autóctonas de cada rincón de este planeta y un ave; ya que siempre estamos en sincronía con la naturaleza. En palabras de Ana María “Todos conectamos a través de una red invisible, indisoluble, interdependiente entre nosotros y nosotros con la naturaleza”. 

En “Toroide de Unidad”, nos demuestra que somos un sistema dentro de otro sistema, actuamos como seres particulares, pero nuestra base y compromiso es la conciencia con el otro y los otros , ara ella sembrar semillas es semejante a sembrar sueños y anhelos para cosechar pensamientos y acciones, los colores que dan forma a un fondo verde de helechos y hierbas, en el centro aves volando reflejadas en agua pura y cristalina, lo que nos habla de un cuadro imaginado en una tridimensionalidad espacial fuera de él,  el fondo del cielo oscurecido y errático que observamos en casi todas sus obras me acercan al aura, sinergia y frecuencias energéticas con las que trabaja Ana.