30 obras emergentes, 10 artistas
¿Cómo nacen los matices?
Una pequeña variación en un elemento se reconoce como matiz, probablemente no es demasiado notorio, pero le confiere un carácter diferente a algo, en el arte, los matices de la materia y también de la personalidad, se pueden apreciar en las diferentes texturas de una piedra tallada, en las marcas del ácido sobre una placa de metal, en los valores de una fotografía, en los elementos de una instalación o en el mensaje de un performance.
Cuando hablamos de lo cromático, algunos describen los matices como variaciones casi imperceptibles de un mismo color o también como cada una de las mezclas que puede recibir un tono sin perder el nombre que lo distingue de los demás, así nos encontramos con azul Prusia, azul ultramar, azul verdoso, azul cobalto, azul manganeso, azul violeta o azul cerúleo por ejemplo, y aunque podría pensarse que se parecen, son distintos, pues cada uno tiene su propia identidad.
Los matices que nos presenta esta convocatoria son diez propuestas visuales de artistas emergentes de nuestra región de Coquimbo, con distintas técnicas y miradas: óleo, acrílico, acuarela, tinta y pigmentos experimentales que representan al Norte verde desde distintos paisajes naturales y personales, evocando movimientos pictóricos como el expresionismo, el fauvismo, el surrealismo y el foto afiche, rescatando citas históricas, leyendas urbanas y rurales, historias familiares e incluso referencias simbólicas de la historia del arte.
La triada Cosmos-Espíritu-Elqui forma parte de la iconografía territorial que se manifiesta en casi toda muestra regional y “Matices nacientes” no ha sido la excepción de esta representación identitaria de la cultura del Norte chico, en donde las montañas se presentan infinitas, en donde cactus y suculentas entre espinas nos brindan una flor, y en donde las estrellas, los eclipses y la Luna intervienen para que la mente alcance dimensiones vibratorias más altas y los espíritus logren la paz.
Como todo artista, han comenzado sus primeras obras en la esquina del comedor o en un rincón en la cocina, conquistando espacios para montar un taller en la sala, la bodega o en el cuarto de visitas, soñando con tener un lugar amplio y propio para encontrarse a sí mismos haciendo algo que les nace del corazón, crear; artistas que ya salieron del cascarón y han expuesto sus obras anteriormente, algunos incluso en el extranjero, lo que nos hace confiar en que seguiremos escuchando de ellos en los próximos años.
Tatiana Mártin, Curadora
Artista Visual, Universidad de Chile