Sandy Barrera
Artista visual
Hablar de inspiración en tiempos de pandemia, particularmente me ha sido difícil, ya que por lo general, he trabajado más con lo exterior a mí. Mis referencias son ambiente, contexto, enseñar técnicas de pintura y dibujo a quienes quieran aprender, todo bien metódico y disciplinado. Siempre he pintado por placer, por experimentación y la plástica. Esta vez ha sido muy diferente mi manera de ver las cosas, porque tengo bien definidos los límites entre ser madre, ser profesional y ser mujer, para mí son tres cosas muy diferentes; que no dejo que se involucren mucho la una con la otra y en esta búsqueda del sentido de pensamiento creativo siempre las he separado.
Esta vez existe una convivencia forzada de las tres; ser madre si bien fue y es un proceso hermoso creo no haber valorizado mucho el proceso inspirativo, por estar pendiente de formar una familia de dos, a la mujer se sobre exige el tema de la crianza y más la responsabilidad de sostener emocional y económicamente. Así que simplemente decidí separar estas tres versiones.
Lo anterior, no quiere decir que no sea una “mujer madre”, empática con otras y ese sentimiento de maternidad a flor de piel, por supuesto que lo tengo, lo práctico diariamente y conservo con mucho recelo, pero ahora es distinto porque dejé de pensar mucho las cosas y solté en una catarsis que significó poner todo en orden dentro de un taller; armándolo de a poco, para buscar un espacio en casa; descontruyendo esta madre metódica, perfeccionista y no privilegiar lo profesional en mi proceso creativo.
Más allá de la inspiración que proviene desde el pensamiento o emocionalidad interna, ¿cómo expresar la emoción pura y sincera de amor de la madre por su hijo?, soy afortunada de tenerlo 24/7 conmigo, trabajar a su lado, verlo crecer y dormir; sin perderme nada de su desarrollo, entonces cómo no dejar involucrar esta experiencia en mi trabajo, fui egoísta conmigo y con él por no acercarlo al mundo en que se desenvuelve su madre.
Luego de esta reflexión, puse en marcha esta serie de obras inspiradas en él, en mí y en la conexión única que poseemos.
La obra “Útero en Flor” es la figura femenina que posee una semilla a punto de germinar, que da a luz a un ser que conservará cicatrices físicas como emocionales, que no ha de importar cuanto dolor pasó si no que, siempre recordaré el día en que nació y mi ser físico se convirtió en el primer hogar que habitamos juntos.
“Si algo te faltara” mi mano se extiende a la mano de él, dándo mi corazón si algo llegase a faltar o a estar mal en él, arrancaría con mis manos cada órgano y cada célula, para que él, no tuviera que sufrir.
“En mi regazo” Santino tenía 1 año y nos tomamos una fotografía, la guardé durante mucho tiempo y decidí que ya era hora de darle un valor pictórico. Además es la pieza principal de mi actual taller, entonces creo que lo resume todo.