En la historia del arte las imágenes representativas de la virgen María, ángeles, santos y personajes bíblicos, siempre ha sido idealizada de manera de presentarlos, como íconos que rememoran “lo celestial” e inalcanzable divinidad. 

En las esculturas de Tatiana Martín, encontramos estos temas con un enfoque  humano y terrenal, donde un pulcro blanco nos transmite serenidad y búsqueda de la espiritualidad.  En la obra” Madre de Dios”, la Virgen está en un proceso de gestación muy avanzado, que nos acerca a la mujer que lleva nueve meses de espera y que está pronta a dar a luz, acercándonos al concepto del mundo femenino y la maternidad; realzando el valor de María no solo como santa, sino que también, como gestora y progenitora.

Amante de lo ritual e inmaterial, como la fe intangible, ha aprovechado este tiempo para experimentar en su taller, con distintas materialidades y plasmar esta búsqueda  en cinco esculturas; en su desarrollo  creativo, pasa casi de inmediato de la idea a la experimentación, con la claridad que da una inspiración, dando énfasis a una construcción de estética reconocida en su obra, así lo demuestran las formas alargadas, cuerpos casi en levitación con sus rostros y gestos alzándose hacia el cielo. Estas representaciones nos llegan a hacer sentir la pureza de estos personajes en su concepto y temática.